10 de junio de 2009

RESEÑA DE "A CONTRATIEMPO" EN JEREZJONDO.COM (POR ERNESTO NOVALES)


 



  Paco Escobar: 'A Contratiempo'


Si un amante de la música se detiene a escuchar con atención el primer trabajo discográfico del guitarrista sevillano Paco Escobar descubrirá que se trata de una obra eminentemente emotiva, en la que las scordatturas, los transportes armónicos y demás innovaciones están al servicio de un deseo de expresar con sensibilidad, un afán por transmitir sus vivencias que tienen su germen en su propia familia (dos de los cortes están dedicados a su madre y su esposa). Una vez tenida en cuenta esta premisa inicial, podemos abordar en toda su complejidad y esencia A contratiempo, un disco concebido como suite andaluza o cromática en el que sus once composiciones se organizan en cuatro movimientos que hacen referencia al propio proceso de creación artística: Soñar, Rito, Metamorfosis e Inspiración. Desde este metadiscurso, Escobar, que no en vano compatibiliza su labor de músico con la de profesor de Literatura en la Universidad de Sevilla, elabora un disco que viene a posicionarse en la vanguardia del flamenco del siglo XXI. Y de ahí su denominación, A contratiempo, porque en este momento puede no ser comprendido en su máxima plenitud, bien sea por el continuo recurso al contrapunto polifónico, sus nuevas afinaciones, su percusión contemporánea o la experimentación con instrumentos foráneos como el bandoneón o el corneto, bien por los guiños discursivos (paratextos, hipotextos, hipertextos) que invaden la obra y que conforman la poética musical o de los sentidos del artista. Pero, ante todo, Paco Escobar es un guitarrista flamenco y su música, como no puede ser de otra manera, así lo pone de relieve: podemos reconocer fácilmente los palos tradicionales en todas las piezas salvo en dos, precisamente las que están dedicadas a sus referentes familiares. En el transcurso de los once temas que conforman el compacto encontramos diálogos con el jazz (la rumba Momentos y las sevillanas Otoño en Sevilla), recuerdos a Astor Piazzolla incluso con contrapunto barroco (Palabras), la música étnica con base rítmica en el jaleo antiguo (Paisaje cromático) y otras manifestaciones contemporáneas (los tanguillos Nostalgia y la rondeña-bulería Bajañí) a fin de explorar nuevos recursos expresivos con los que enriquecer sus composiciones. Y todo ello desde un amplio conocimiento y un encomiable respeto por los cánones clásicos fijados por Ramón Montoya del que toma la scordattura de su rondeña para los tangos A contratiempo, Niño Ricardo, Sabicas o Javier Molina en Bajañí. De forma análoga sucede con el toque de los fandangos de Huelva de Juan Díaz en un delicado diálogo con su propio universo musical en virtud de la scordattura de Si (Junto a la ermita). Es en este punto de encuentro tan sutil como fértil, en el que tradición y vanguardia se dan la mano en armonía, donde encuentra Paco Escobar su pleno oasis creativo. Un oasis tan distinguible y con tanta distinción como la trianera Plaza del Altozano a la que está dedicada la soleá por bulerías y tan universal como las emociones que nos transmite su música.

                                                                                    Ernesto Novales