La obra performativa o
de implementación escénica,
por su carácter compositivo connatural y poliédrica naturaleza creativa,
presenta marcas y signos reconocibles
que dejan entrever su planteamiento estético primigenio a modo de práctica o
representación espectacular.
De hecho, viene a estar sustentada, en el caso de la voz y la palabra, sobre un
recitado melódico, declamación gestual y consiguiente puesta en escena, bien
mediante el canto desde el prisma lírico, el cante, según sucede con los
fraseos melismáticos y microtonalismos del flamenco, u otras modalidades
performativas reconocibles en las músicas de tradición oral, así como del mundo, global o world music; es
decir, en calidad de una verdadera actio
en la que el mensaje suele encontrar de manera natural su entorno, sonosfera o paisaje musical (soundscape) en
virtud de un consciente maridaje entre retórica escenográfica y tonalidades de los afectos.
No obstante, de entrada,
resulta visible la complejidad sígnica de la obra performativa y sus distintos
contextos, o co-textos según se mire, siempre en continua y proteica renovación.
De esta suerte, con vistas a su análisis multimodal, en calidad de investigador
vengo abogando desde hace años por una pluralidad metodológica que atiende
tanto al enfoque filológico, comparatismo literario y enfoque interdisciplinar
a partir de las relaciones entre literatura, artes plásticas y música, como a
la historia cultural de las
mentalidades, representaciones y de las ideas.
Ello me ha venido permitiendo, a su vez, arrojar luz a efectos de la denominada
poética de lo imaginario, en consonancia pues con los distintos decorados que envuelven el acto
performativo o la performance per se, con
especial calado y atención a los cuadros y escenas, a veces fragmentarias, que llegan
a revestirse de nuevos significados en cada cambiante movimiento de su proceso
creativo o metamorfosis.
Del mismo modo, tampoco
suelen estar ausentes, en tales planteamientos epistemológicos circunscritos al
discurso performativo, aspectos que
atañen a la sociabilidad estética, los sentimientos y las emociones entre
realidad y ficción,
a veces entre topografía y topotesia,
en un contexto de tradición retórica visual, o por mejor decir multidireccional;
esto es, mediante écfrasis, o descripción de una obra de arte, plasticidad e
iconotexto sonoro, en virtud de imágenes visuales y sonoras. Incluso tal enfoque multimodal aplicado a la
performance resulta de interés con vistas al análisis de la epistemología de la
creatividad estética y técnicas compositivas empleadas, como veremos, por la
autora que en estas páginas va a constituir mi objeto de estudio, la cantaora e
investigadora Rocío Márquez, en dicha intersección y traducción de códigos, o
lo que es lo mismo, un prisma multidisciplinar entre la ciencia y el arte que
cobra cada vez más validez en los albores del siglo XXI.
- Francisco Javier Escobar Borrego, “De la Performatividad a la Tesis performativa: técnica vocal, procesos de composición y creatividad estética en Rocío Márquez”, en La investigación en danza, ed. de Asociación Española Dmásl : Danza e Investigación y Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (CICUS), Valencia, Ediciones Mahali, 2018, pp. 25-34.