23 de diciembre de 2009

Naturaleza e Identidad Musical en la Guitarra Flamenca



     


    De las tres modalidades fundamentales del Flamenco, seguramente sea la guitarra la que ha experimentado de forma más notoria y visible una granada evolución. El respeto fiel a los modelos canónicos de antaño y una mirada renovadora, apostando por un sueño de libertad, constituyen sólidos baluartes que jalonan su joven pero ya firme andadura. La cadencia andaluza o progresión armónica flamenca, sobre el segundo tetracordo descendente del sistema modal dórico griego (La, Sol, Fa, Mi), preside como seña de identidad la armonía (si bien hay que contar, entre otras cosas, con las ricas posibilidades del sistema tonal, en sus respectivas vertientes mayor y menor). Desarrollándose en las cadencias resolutorias modales de Fa-Mi y Si bemol-La -y su amplia rentabilidad mediante transportes-, el guitarrista, durante la ejecución, viene a recrearse en la tónica, evocando así el origen primigenio de la forma musical en cuestión. Bajo la égida de estas directrices, la tradición ha cimentado con rigor unos parámetros constantes que los guitarristas asimilan y aplican en la praxis, a veces, casi intuitivamente (pero con el pleno conocimiento de la naturaleza y bases que fundamentan el Flamenco). Sin embargo, la solidez coherente del aprendizaje maduro ha permitido un enriquecimiento paulatino que está desterrando donde habite el olvido aquella carencia de armonía prístina -que no de ritmo- respecto a otras manifestaciones musicales (como el dominio de abolengo clásico). Al feliz hallazgo de una identidad que caracteriza a la guitarra flamenca per se, cabe añadir la impronta personal e individual que reconocidos maestros imprimieron, in illo tempore, a los palos. Homogeneidad sistemática unida a una rica pluralidad compositivo-interpretativa se dan cordialmente la mano en autoridades de la talla del Maestro Patiño, Manolo de Huelva, Miguel Borrull o Luis Yance (observándose, por añadidura, un claro continuum evolutivo entre Ramón Montoya, Niño Ricardo, Sabicas y Paco de Lucía junto a Manolo Sanlúcar). Otras constantes definidas que reflejan a las claras el variado panorama vienen dadas por una marcada identidad asociada a espacios geográficos y escuelas. El singular toque de Morón de la Frontera -con Diego del Gastor como máximo exponente- o Jerez de la Frontera y el sello distintivo de Molina, que habrán de continuar brillantemente Parrilla o Morao, son excelentes ejemplos de tal proceder.

    Las directrices hasta aquí apuntadas ponen de relieve no sólo la unidad y variedad de la identidad guitarrística sino también su capacidad de asimilación en un corto lapso temporal. Prueba de ello lo constituye la recepción y posterior reelaboración de elementos proteicos procedentes de otros dominios (seguramente debido al propio origen del Flamenco, circunscrito a un proceso de mestizaje que pervive hasta la actualidad). Se ofrece así una creativa lectura de la materia seleccionada, pero adecuándola a los cánones y cauces intrínsecos al Flamenco (sucede también en el cante; recuérdese la versión por bulerías Cielito lindo de la Niña de los Peines). Por esta razón, el guitarrista, conocedor de los verdaderos fundamentos que sustentan su marco de expresión artística, procurará no desnaturalizar los palos, al valerse de este fresco e ingente caudal. Sucede, además, que, con el tiempo, determinadas fórmulas se habrán de aceptar por convención; tal es el caso de la scordattura que practica Ramón Montoya en la rondeña de concierto (la sexta cuerda, Mi, en Re, como el laúd, y la tercera, Sol, en Fa sostenido) sobre la tónica modal de Do sostenido o su enarmónico Re bemol (de gran predicamento en generaciones posteriores). Incluso la estructura armónico-rítmica del fandango-malagueña que inserta Montoya en dicha pieza está relacionada, desde el punto de vista de su naturaleza, con el cante de Levante de Antonio Chacón, como ha visto Enrique Morente en El pequeño reloj. En este sentido, cabría analizar las mutuas interacciones entre la aportación de la guitarra en el sutil perfilamiento de determinados estilos y, viceversa, es decir, en lo concerniente a la influencia del cante en la génesis de falsetas concretas. De hecho, esta melodía, que imita la concentración expresiva vocal, tiene su campo de actuación claramente en artistas del pasado y del presente. En 1950, Melchor de Marchena recrea con una falseta el fandango de Huelva cantado por la Niña de los Peines (Al cielo que es mi morada). Andando el tiempo, Paco de Lucía, en su pieza Montiño, de la obra Sólo quiero caminar, realizará una falseta con la estructura métrico-melódica del fandango de Huelva que coincide sustancialmente con otro de Camarón; e igualmente, una de las melodías de la bulería La Chanca de Tomatito tendrá su correlato en la letra de Camarón Qué alegría de haber "nacío" (de Te lo dice Camarón).

       En estos testimonios, se observan las relaciones entre guitarristas y cantaores, atendiendo al conocimiento de la identidad flamenca compartida por ambas modalidades. Ello no es de extrañar, ya que, en una fructífera simbiosis artística, al igual que el diapasón, por ejemplo, de Paco de Lucía evolucionaba paulatinamente con personales registros, las arriesgadas modulaciones melismáticas del cantaor de la Isla encontraban acertados matices y colores tímbricos diferentes. Junto al cante, la codificación métrica de determinadas falsetas tiene también su gestación en momentos específicos del baile, que condicionan su naturaleza genérica, como sucede con los zapateados por alegrías, soleá o seguiriyas -a modo de escobilla- e incluso el silencio del primero de estos estilos mencionados (según imita Paco de Lucía en sus cantiñas A la Perla de Cádiz). Habría que pensar, en fin, en otros casos de antaño para calibrar, cum grano salis, en qué medida estas influencias recíprocas enriquecieron el desarrollo y natural evolución de la guitarra, el cante y el baile.

    El cabal conocimiento de la identidad guitarrística se hace patente, igualmente, en diversos transportes. Así sucede con la aplicación asociativa de la cadencia andaluza a las posiciones en Mi bemol y Do sostenido (o sus respectivos enarmónicos: Re sostenido y Re bemol). En el primer caso, encontramos la sucesión Sol sostenido menor-La bemol menor, Fa sostenido-Sol bemol, Mi, Mi bemol-Re sostenido, que amplía el modus operandi en Mi modal y la progresión La menor, Sol, Fa, Mi modal. Atendiendo a dicho parámetro, las armonías sustentadas sobre Fa sostenido menor, Mi, Re, Do sostenido-Re bemol abren un coherente marco para la tradicional secuencia en La modal y su ciclo pertinente: Re menor, Do, Si bemol mayor, La modal.

       Estas posibilidades melódicas ofrecen, al tiempo, ricos y variados matices semitonales al cante -evocando así, salvando las distancias, un microtonalismo originario- que va incorporando paulatinamente tales registros (recuérdese la última bulería grabada por la Macanita, con la bajañí de Morao, o la interpretada por Remedios Amaya, acompañada de la sonanta de Vicente Amigo). Dicho enriquecimiento armónico, que repercute en el dominio del diapasón, tiene su perfecta correspondencia en la progresiva evolución de las técnicas para la mano derecha. En efecto, los rasgueos con efectos percutivos, como acompañamiento al cante y al baile, alcanzan hoy, frente al dominio clásico, un virtuosismo inusitado. Es más, en la propia evolución de la guitarra flamenca, basta cotejar, mutatis mutandis, una bulería de Ramón Montoya, que se acerca más a nuestro actual concepto de la bulería por soleá, y otras ejecuciones posteriores del mismo palo. De hecho, contratiempos, síncopas o silencios se hacen compatibles a fin de desafiar creativamente el ritmo (aunque siempre ajustados a la medida canónica). Junto a los rasgueos, el trémolo estará cada vez más al servicio incondicional de la expresión artística. Respecto al trémolo de la guitarra clásica (en una aplicación técnica de los dedos pulgar, anular, medio e índice, por ejemplo, en el Recuerdo de la Alhambra, de Tárrega), el tocaor añade una pulsación, la del índice a continuación del bajo, permitiendo así una cuadratura más acorde con la métrica flamenca. Incluso se atiende hoy a la independencia de los dedos, como muestra el meditado trémolo de Manolo Sanlúcar de su rondeña Oración en aras de obtener una mayor flexibilidad expresiva. Ajena al dominio clásico, la alzapúa encuentra un destacado lugar en la guitarra al facilitar la ejecución veloz y vehemente con el dedo pulgar (en consonancia con las escalas).

       Resulta, por añadidura, un idóneo complemento efectista de los rasgueos y golpes percutivos en la madera a la hora de marcar el tempo rítmico pertinente. La firme asimilación de técnicas por parte de la guitarra flamenca en su devenir histórico se observa en la aclimatación de recursos como los armónicos sincopados, en la rondeña A mi madre, de Rafael Riqueni, así como el pizzicatto (según se ve en un detalle de la guajira de José Antonio Rodríguez y en una bulería con la afinación de rondeña de Gerardo Núñez).

        La amplia apertura mental guitarrística permite, asimismo, la adecuación de la técnica a precisas contaminaciones armónico-rítmicas, de suerte que se propone un género de concierto como la Fantasía (p. e., la de José Antonio Rodríguez o Rafael Riqueni). Incluso últimamente se atiende a la conjugación de estilos, como la rondeña-bulerías (Hacia mí) o taranta-bulerías por soleá (Piedras negras) de Gerardo Núñez en Jucal, cuyo precedente encontramos en testimonios clásicos (v. g., la soleá-malagueña El cante llora su pena, de Pepe Pinto con Melchor de Marchena, de 1949). La autonomía de la guitarra actual llega a supeditar, en ocasiones, al cante y al baile en atractivos espectáculos como instrumentos complementarios, produciéndose así una inversión consciente de su primigenia función. No obstante, esta voluntad de colaboración viene a recordar, en suma, los verdaderos orígenes de la guitarra flamenca, que conserva actualmente incólume su prístina identidad, pero con un alto vuelo hacia ilusionados horizontes de libertad expresiva.

Francisco Javier Escobar Borrego 
Revista La Flamenca



Libro: Método Pedagógico de Interacción Música / Danza.Pedro R. Alarcón Aljaro Flamenco Escrito Editores, 2004

En el complejo y arduo proceso de aclimatación del Arte Flamenco al lenguaje musical, se vienen haciendo, en estos últimos años, granados progresos. Sin embargo, una faceta había quedado -hasta la fecha- bastante desprovista de análisis. Me refiero, claro está, al baile, ya que la ausencia de una vertiente melódica intrínseca a su naturaleza parecía constituir una rémora, a priori insalvable. Ahora bien, el estudio pormenorizado de los ejes métricos en correspondencia con la técnica resultaba notoriamente importante. Para ello, se hacía imprescindible un método eficaz basado en el tratamiento percutivo, como el que ahora nos ofrece Pedro R. Alarcón. Partiendo de un monograma sobre el que va edificando las células rítmicas pertinentes -sean figuras de corcheas, negras o blancas-, el autor adapta en trigramas la técnica de ambos pies, sobre punta (P), tacón (T) y pies planta (PI). Este pórtico de entrada nos adentra en una serie variada de ejercicios propuestos que atañen a la planta, tacón, punta, puntera, tacón raspado y flic-flac. Existe, además, una especial atención a tres capítulos destacados para entender el carácter rítmico del baile canónico, a saber: ejercicios tradicionales, combinaciones técnicas y escobillas, de alegrías, tarantos, garrotín o martinete. La obra está enriquecida, por añadidura, con gráficas fotografías, en las que se reflejan las técnicas referidas. Se trata, en suma, de un excelente pilar que permite indagar con rigor la escritura del baile. Al tiempo, los artífices de la danza podrán registrar la base percutiva de sus coreografías, si se decantan, en fin, por el empleo de este método.

Texto: Francisco J. Escobar Borrego (Universidad de Sevilla)


Publicado en La Flamenca: AQUÍ 

Disco: Orillas - Juan Carmona. (Night & Day, 2002)




    Cuando en un tiempo fabuloso el peregrino Hércules se adentró en el Estrecho mítico por el promontorio de Calpe y Abila, seguramente sin saberlo, venía a tejer un puente simbólico que facilitaba el acercamiento de culturas en las orillas del Mediterráneo. Con el esplendor andalusí, Córdoba alcanzaba su floruit al órfico son de Zyriab, sedimento que marcaba uno de los múltiples rasgos estético-culturales que habrían de cristalizar en esa manifestación ecléctica y críptica que llamamos Flamenco. Conscientes de tal punto de encuentro, artistas como Lebrijano, con la Orquesta Andalusí de Tánger, o Lole han rendido, valiéndose de su voz, un sincero homenaje a tal hibridismo musical. En el marco guitarrístico, si bien Paco de Lucía había acometido, salvando las distancias, una tarea similar en Sólo quiero caminar, faltaba por fraguar una obra íntegra y unitaria que se sumara a esta línea compositiva. Con la colaboración de artífices representativos de la Vanguardia Flamenca (Pardo, Benavent, Canales, Montse Cortés o Potito), Juan Carmona nos ofrece Orillas, en una granada confluencia de estilos flamencos y profundidad gnawa. La rondeña de concierto (Ronda), con ligeras reminiscencias de Paco de Lucía y Vicente Amigo, dará paso al tempo de unos sabrosos tangos (Noche; Esperando). La polimetría rítmica de Marrakech, asimismo, enriquecida gracias a Chemirani, sirve como pórtico de entrada a la bulería Juncales, preñada de contratiempos rítmicos y otros recursos (v. g., el pizzicatto). Junto a Chraïbi, Carmona se adentrará en un embriagador manantial armónico, a modo de fantasía, en II Han. La soleá mora, marcada con apuntes percutivos de Canales, recuerda ligeramente el sello de los Habichuela (especialmente, el toque de Juan). Y las alegrías Tú vives en mí, sustentadas sobre un estribillo melismático entonado por Cortés, emanan el perfume gaditano de uno de los enclaves míticos establecidos por Alcides como lugar impregnado de maravillas inefables. La obra culmina, en fin, con la granaína De Casablanca a Granada, que arranca en virtud de un preludio de identidad étnica para pasar a la evocación del espacio legendario andaluz, en una estructura anular, como prístino recuerdo de la cultura nazarita. Finaliza así Carmona su peregrinaje musical, haciendo realidad, como un nuevo Hércules o Zyriab, el hermanamiento entre las orillas de un Mediterráneo mítico.

Francisco J. Escobar Borrego 
(Universidad de Sevilla)



Publicado en La FLamenca: AQUÍ 

Libro: Sabicas Flamenco Puro (RESEÑA)




Autor: Juan de la Mata - José Manuel Montoya Edita: RGB Arte Visual, 2004

La paulatina labor de transcripción de la obra de guitarristas que han contribuido a la evolución técnica del instrumento está permitiendo, cada vez de forma más acertada, el estudio cabal sobre un corpus musical preciso. En esta ocasión, la adaptación al pentagrama de tres conocidas piezas de Agustín Castellón (Sabicas), a saber, Por los olivares (fandangos), Ecos jerezanos (soleá por bulerías) y Punta y tacón (farruca), ha sido revisada por Juan de la Mata, notable conocedor y colaborador del maestro navarro en Nueva York. En aras de paliar la ingente variedad de signos de notación en partituras dispersas, el autor sistematiza los elementos, aclarando los parámetros y criterios manejados en el pentagrama. La perspectiva didáctica está asegurada en la obra por diversos motivos. El primero de ellos responde a la conjugación, para cada una de las piezas, de escritura mediante solfeo, así como de tablatura. En segundo lugar, los sucintos comentarios están redactados en español, aunque con una traducción en inglés y francés a fin de romper barreras língüísticas; de esta forma, se accede a un público lector más amplio. Por último, el libro ofrece un CD, en el que se pueden escuchar las piezas propuestas, en la interpretación guitarrística de José Manuel Montoya. Especialmente, cabe resaltar la transcripción de los fandangos, más respetuosa, desde el punto de vista de la medida, para con el modelo que obras anteriores. En definitiva, estamos ante un nuevo paso hacia la sistematización y clarificación de las obras canónicas que jalonan el progresivo desarrollo de la guitarra flamenca.

Francisco J. Escobar Borrego 
(Universidad de Sevilla)
Publicado en La Flamenca 

Disco: Mundos Flamencos - Carlos Piñana. (Big Bang / Cambayá 2003)





    En el ámbito del Flamenco, suele ser frecuente encontrar diversos miembros de una misma familia dedicados -a veces, en distintas facetas- a esta inefable expresión artística. Ocurre en el caso de Carlos Piñana, joven continuador de un íntimo legado, cuya forja se adscribe, fundamentalmente, a los ecos mineros de la Unión. Su obra Mundos flamencos refleja un amplio polimorfismo musical que alberga desde los ritmos canónicos y matrices de la seguiriya (Bordoneando) o la soleá (Maestros) hasta una composición, Locura, con vuelos de libertad expresiva ad libitum, en la que le acompaña la voz armónica de su hermano Curro Piñana. Su apuesta por los intrincados senderos de la tradición le lleva a frecuentar estilos rítmicos como los tanguillos (Mi gente), ejecutados por la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, bajo la dirección de José Miguel Rodilla, con un efímero preludio guitarrístico a modo de pórtico de entrada. Las alegrías en la posición de La Mayor (Pastueña) se muestran en consonancia con la línea emprendida por Paco de Lucía en La Barrosa (a su vez, revitalización original de la forma mentis de Sabicas). El compás de cuatro por cuatro alberga, asimismo, la cadencia de la farruca Recordándote, en la que el guitarrista, a partir de la scordattura en Re y provista del zapateado nuevamente de Latorre, entronca con el sistema empleado antaño por Paco de Lucía. De luna blanca se edifica sobre el ritmo de la rumba, jalonado sobre un estribillo, para el que Piñana se vale tanto de la percusión de Miguel Ángel Orengo y Lázaro Issaqui como de la guitarra eléctrica de Chema Vílchez. Evocando una fórmula empleada por Riqueni y Gallardo en la Suite Sevilla (1993), Esencia, suite flamenca enriquecida gracias a la colaboración de la Orquesta, contempla heterogéneos pasajes como un adagio, la fantasía -hibridación genérica en la que predomina el apunte de granaínas-, el bolero o una taranta, sello de identidad de la prístina formación del tocaor. En suma, esta sugerencia musical nos adentra hacia una pluralidad de espacios armónico-rítmicos, que denotan la versatilidad del guitarrista en un proceso de proteica búsqueda a fin de obtener una voz singular y propia.

Francisco J. Escobar Borrego 

 Publicado en La Flamenca

Disco: Andando el Tiempo.Gerardo Núñez (The Act Company, 2004)

    


    Desde que Gerardo Núñez ofreciera antaño sus señas de identidad con El Gallo Azul (1987), un dilatado trayecto se ha podido observar en su granada andadura por los crípticos e insorteables senderos de la Música. La incesante búsqueda armónico-rítmica en Flamenco en Nueva York (1989), Jucal (1994) o Calima (1999), en aras de encontrar espacios que definan con sinceridad expresiva la voz nítida de su alma, da paso a nuevas páginas de su última obra, Andando el tiempo, que aúna, a la perfección, el fresco sello de la vanguardia y el sabroso perfume de la tradición. El paratexto referido al tiempo subjetivo e intransferible del guitarrista define así el leitmotiv principal del disco. Esta directriz marca, asimismo, el canon métrico de la Soleá de la luna coja, con destacadas aportaciones, la soleá por bulerías Templo del lucero, en la posición de Mi bemol con un preludio rítmico interior, así como el aire festero de Plaza de los plateros -jalonada sobre un estribillo-, Compás de amistad, Siempre es tarde, en la que imita puntualmente el efecto de un bajo eléctrico, o Ímpetu, en sentido homenaje al maestro Escudero. La armónica colaboración instrumental de Fresu, Sambeat o Díaz ponen de relieve, igualmente, la versatilidad y amplitud de miras de Núñez (v. g., en la rumba La Habana a oscuras). La íntima soledad del ritmo interior acompaña al músico, a modo de soliloquio sin palabras, en Trasgo, en la taranta de Nocturno, con ecos de su anterior tema Piedras negras (de Jucal) o en Yerma, pieza sustentada, esencialmente, sobre un profundo trémolo. El hibridismo armónico-métrico se observa, por último, en Canícula, a partir de la cadencia sonora de la rondeña de concierto. Tiempo maduro éste que nos ofrece Núñez, que como un crisol de reflexiones matizadas nos abre, en fin, las puertas de un sueño a modo de sugerencia musical.

Francisco J. Escobar Borrego

Texto publicado en La Flamenca

18 de noviembre de 2009

ENCUENTRO MUSICAL CON EL DIRECTOR DE CINE BRASILEÑO RENÉ GOYA


Con motivo del rodaje de una película documental sobre músicas del sur dirigida por René Goya, tuvo lugar un encuentro musical en el que Paco Escobar, además de tocar varias composiciones suyas, abordó, en una entrevista, diferentes cuestiones sobre esta temática.

Nueva página de Paco Escobar en JONDOWEB

En el apartado dedicado a los artistas (toque) de Jondoweb podréis encontrar una sucinta biografía, fotos, noticias, reseñas y enlaces referidos al espectáculo A contratiempo en directo. También es posible la contratación del mismo.

17 de octubre de 2009

CONCIERTO A CONTRATIEMPO EN 21 GRADOS, CICUS EN YOUTUBE

Concierto A Contratiempo ofrecido en el patio del Rectorado dentro del ciclo 21 Grados organizado por el CICUS, Universidad de Sevilla. 

Concierto completo: Aquí.





I. SOÑAR: A CONTRATIEMPO (TANGOS)



I. SOÑAR: PAISAJE CROMÁTICO (A MI MADRE)




IV. INSPIRACIÓN: SABOR A CANELA (BULERÍAS)


III. METAMORFOSIS: NOSTALGIA (TANGUILLOS)




                                          II. RITO: BAJAÑÍ (RONDEÑA-BULERÍAS)


II. RITO: ALTOZANO (SOLEÁ POR BULERÍAS)


II. RITO: JUNTO A LA ERMITA (FANDANGOS DE HUELVA)




ENTREVISTA A PACO ESCOBAR POR PEDRO MADROÑAL EN RADIO MAIRENA (A PROPÓSITO DE LAS RELACIONES ENTRE LITERATURA Y MÚSICA)






8 de octubre de 2009

Curso de libre configuración sobre Diego López de Cortegana




Programa del curso de libre configuración "Diego López de Cortegana en el entorno humanístico de la Sevilla del Quinientos: estado de la cuestión y nuevas perspectivas críticas" que coordino junto al prof. Luis Rivero. Los días de las Jornadas científicas son del 23 al 25 de octubre, en horario de mañana y tarde en el Teatro Capitol de Cortegana (Huelva). Se conjugan conferencias con actividades lúdicas; así, representación dramática del Brujo y lectura de poemas de Agustín García Calvo. La representación del Brujo será el jueves 22 a las 20.30h como antesala a las Jornadas científicas.




CURSO DE DOCTORADO DE FLAMENCO. ABIERTO EL PLAZO DE PREINSCRIPCIÓN DEL 1 AL 14 DE OCTUBRE



"Estudios avanzados en flamenco: un análisis interdisciplinar" 

 Preinscripción: del 1 al 14 de octubre Lugar: Dpto. de Didáctica dela Lengua y la Literatura y Filologías Integradas. Facultad de Ciencias de la Educación Avda. de Ciudad Jardín, 20-22 41005, Sevilla Tlf: 95.455.17.62 rodolfodeco@us.es / cprada@us.es 

 Para más información sobre contacto, oferta detallada de cursos y créditos podéis consultar la siguiente dirección: 

Correo electrónico: doctorado.flamenco@gmail.com

12 de septiembre de 2009

DIBUJO DE LAS MANOS DE PACO ESCOBAR POR JOAQUÍN GONZÁLEZ-MADRID


Joaquín González-Madrid.
Dibujo hecho con lápiz de grafito sobre papel Schoeller.


En este link puedes ver más obras de este autor:

http://www.flickr.com/photos/35173668@N03/sets/72157615519491433/

ENTREVISTA EN POLIEDRO: MÚSICA PLURAL (RADIÓPOLIS)



    El domingo día 13 de septiembre a las 20 h. se podrá escuchar en Radiópolis (98.4 FM) la entrevista realizada a Paco Escobar en el programa Poliedro: música plural. En ella se tratarán, entre otros aspectos, las relaciones entre poesía y música a nivel compositivo.

11 de septiembre de 2009

ENTREVISTA A PACO ESCOBAR EN EL CLUB DE LAS IDEAS (CANAL SUR 2)




Durante esta semana (los días 7, 9 y 11 de septiembre) hemos podido ver varias entrevistas a Paco Escobar en el Club de la Ideas (Canal Sur 2), programa educativo que la televisión pública andaluza realiza en coproducción con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. Estas entrevistas han versado sobre el papel pedagógico y la gestión del Flamenco en el aula. 

31 de agosto de 2009

Crónica del Concierto A contratiempo en 21 grados por Ildefonso Vergara en Jerezjondo






Paco Escobar ilumina las noches del Rectorado





      El guitarrista Paco Escobar cerró el pasado sábado el Ciclo 21 Grados que ha organizado la Universidad de Sevilla con un concierto en el que abordó temas de su último disco, 'A Contratiempo'. Con un sonido e iluminación exquisitos, el sevillano incorporó a su espectáculo algunos temas inéditos, que bien arropados por sus músicos cautivaron y sorprendieron a todos los asistentes, principalmente porque éstos aportaron creaciones propias al programa previsto. La guitarra flamenca estuvo pues en perfecta armonía con el bandoneón argentino de Luis Caruana, con la viola de gamba del reconocido Fahmi Alqhai, el piano flamenco de la joven Laura de los Ángeles, la marimba del percusionista Antonio Moreno y la segunda sonanta de Antonio Carmona. la voces fueron de las cantaoras Inma La Carbonera y Victoria Escobar. Paco Escobar enriquece el mundo del flamenco creando una soleá por bulerías acompañada por la marimba, algo insólito y sorprendente por el excelente resultado; unos tangos, bulerías o rumbas con el bandoneón o creaciones con reminiscencias barrocas para la viola de gamba. Atreverse con la rondeña de Ramón Montoya rematada con la Zambra de Caracol y hacer que su poesía se conviertan en cantes fueron algunas de las interpretaciones ofrecidas en el patio de la antigua fábrica de tabacos. 

    El resultado de todo esto se reflejó en los múltiples y largos aplausos del público asistente que tuvieron la opotunidad de disfrutar de la genialidad creadora de esté músico sevillano. El tocaor aporta nuevos caminos a la música flamenca desde el respeto a las formas clásicas, con elementos y conceptos de música contemporánea, creando en dos tonalidades con sonidos diferentes, con inspiraciones en el barroco o en la música del argentino Astor Piazzolla. Los ocho músicos destacaron por la armonía y el buen compás que tuvieron al son del gutarrista Paco Escobar.




(Ildefonso Vergara)

21 Grados cierra el último fin de semana de agosto con aire flamenco

El ciclo 21 Grados, cierra el mes de agosto con dos espectáculos de contenido flamenco titulados 'Por dos letras' de José Luís Ortiz Nuevo y 'A contratiempo' de Paco Escobar. La clausura será el 17 de septiembre con Pecha Kucka Night Sevilla, un formato rápido de presentación de ideas, proyectos, y diseños.
Por una parte, el escritor José Luis Ortiz Nuevo ofrecerá mañana viernes 28 una nueva versión de su monólogo Por dos Letras, basado en el libro Las mil y una historias de Pericón de Cádiz. En este nuevo montaje, Ortiz Nuevo estará acompañado por la guitarra del joven Pedro Barragán. La obra recrea en tono de humor las peripecias artísticas y vitales del cantaor Juan Martínez Vilchez, Pericón de Cadiz, heredero de las fantásticas ocurrencias de personajes como Ignacio Ezpeleta y precursor de otros genios como Beni de Cádiz o reciente desaparecido Chano Lobato. En cuatro momentos escénicos diferentes Ortiz Nuevo recreará lugares y acontecimientos del Cádiz de principios de siglo XX, alternando hechos verdaderos con historias fantásticas.
El sábado 29 es el turno del concierto de guitarra flamenca de Paco Escobar. Profesor de literatura en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Paco Escobar ha alternado durante toda su vida su afición al flamenco y su carrera docente. Fruto de esa afición ha sido el disco A contratiempo, que se presenta el próximo sábado en el patio de Geografía e Historia. En su actuación, Paco Escobar vendrá acompañado por el piano de Laura de los Ángeles; el bandoneón de Luis Caruana; a la viola de gamba, Fahmi Alqhai; la marimba y percusión de Antonio Moreno; como segunda guitarra Antonio Carmona y el cante de Inma la Carbonera y Victoria Escobar.

El programa '21 Grados' ha logrado un sitio preferente en la ciudad en su primer año



30.08.2009


Anoche se despedía, con un concierto de Paco Escobar en el Patio del Rectorado, el ciclo 21 Grados de actividades culturales para las noches de verano. Organizado por el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus), este programa ha logrado un sitio preferente dentro de la agenda que se ofrece en la ciudad durante los meses estivales. Por ello, la valoración que hace de él la directora del Cicus, Concha Fernández, es de "verdadero éxito". Según declaraciones de Fernández recogidas por la agencia Europa Press, "21 Grados ha marcado el verano de Sevilla" desde que comenzó el pasado 16 de junio y "ha logrado establecer una nueva oferta frente a otros programas ya asentados" en la ciudad como Nocturama, las Noches en los Jardines del Real Alcázar o el patio de la Diputación. Entre los objetivos cubiertos por 21 Grados, que tendrá continuidad en los próximos años, Fernández destacó la apertura de los espacios de los que dispone la Universidad a todos los ciudadanos. La buena acogida que la sociedad sevillana ha dado a sus actividades culturales la confirman los llenos obtenidos por el programa de cine -"más de 10.000 personas han pasado por las butacas del patio del Rectorado" a lo largo de 40 noches-, el éxito del ciclo de jazz o la repercusión del montaje Soñando a Bécquer de Producciones imperdibles en el patio de la Facultad de Bellas Artes, que fue visto por más de 6.000 personas.