27 de abril de 2009

Reseña en Tertulia Andaluza.com (Juan Diego Martín Cabeza)


Paco Escobar coge su guitarra y crea una obra que se adentra en el flamenco para pensarlo, saborearlo y ofrecérnoslo en bandeja. Un disco insólito y brillante apto sólo para los oídos más exigentes.

Estamos dejando atrás la postmodernidad. Ignoro cómo se llamará este tiempo en que vivimos, no nos corresponde a nosotros ponerle nombre, pero pienso que en cuestiones artísticas, y más concretamente musicales, estamos asumiendo que ya no vale con aquellos discos de usar y tirar. Recopilaciones, temitas, batiburrillos… En lo que se refiere a música flamenca de guitarra, algunos no pasaban de tener cierta pretensión de servir de cabecera a un programa de televisión.
Ahora, afortunadamente, están proliferando los discos que quieren ser obras, decir algo más que lo que se escucha. Son al mismo tiempo un placer para los sentidos y una razón para reflexionar. Son obras necesarias, para el flamenco y para los aficionados. Obras que participan en reforzar lo que muchos ya sabemos, que el flamenco es un arte de composición en el más amplio sentido de la palabra.
Entre esta última categoría se enmarca la que ha creado Paco Escobar, profesor de literatura en la Universidad de Sevilla y guitarrista reflexivo e inquieto, además de defensor acérrimo del flamenco en los círculos universitarios donde ha puesto en marcha jornadas, participante activo en el doctorado sobre el flamenco de la universidad y militante en la acción de dotar al flamenco de claves investigadoras y musicales para acercar hasta él todo lo que pueda serle útil desde el estudio.

El disco se titula A contratiempo, remarcando por un lado ese nuevo momento para el arte y para el flamenco, pero también una particularidad de su propia manera de tocar, de entender la guitarra y el flamenco mismo en toda su complejidad formal. El guitarrista Paco Escobar se ha aliado con el investigador, con el pensador, con el poeta que es él mismo, y ha sacado de sí todo cuanto es para al mismo tiempo abrir un camino a la música lleno de sensibilidad y emociones diversas. Todo lo que interpreta está cargado de sentidos que algunas veces comprendemos y otras veces intuimos. Un ejemplo lo encontramos en la composición Paisaje cromático, donde un ejercicio de pura investigación de armonías se convierte al mismo tiempo en una de estética y, en lo personal, en un homenaje a la madre. Todo en una parte, de las cuatro que componen el disco, dedicada al sueño.

Nada está dejado al azar. La obra se lee como se escucha y se siente. En la segunda parte, llamada Rito, especial atención merece Bajañí, una rondeña rematada en bulería y acompañada por un corneto clásico y el bandoneón alegre y sugerente de Ariel Hernández. En sus acordes late el homenaje a la valentía del gran Montoya en su transporte tonal de aquella rondeña inmortal. Paco Escobar da una (o dos) vueltas de tuerca cambiando de nuevo la afinación en su composición.

Todo tiene aquí su momento y lugar preciso. La tercera parte, Metamorfosis, nos introduce en un paisaje reposado, melancólico y romántico. Desde su propuesta de sevillanas, hasta la magnífica composición por granaína Vuelo de golondrinas, en la que el corneto se estremece en un verdadero canto dramático, pasando por la calidez de Palabras o sus muy personales tanguillos.

A contratiempo es un disco para escuchar, para leer(lo), para pensar y para aprender. Es una poética, una estética, y también una autobiografía musical. Tiene una fuerza especial en cuanto que toda la energía, el tiempo y la reflexión empleada en su composición, no le restan nunca ni un ápice de sentimiento, ni de emoción, ni de flamenquería.
Juan Diego Martín Cabeza

http://www.tertuliaandaluza.com/cultura/resena-a-contratiempo/