Continuamos el ciclo Guitarra flamenca: diapasón y trastes con un destacado contemporáneo de Ramón Montoya, admirado por este:
Javier Molina.
Os enlazo el podcast de radio y una playlist:
Playlist: Javier Molina y la escuela jerezana.
En lo que hace a su contenido integral, se ofrece un análisis monográfico al trasluz de los siguientes microespacios temáticos:

Tras una síntesis de los principales datos biobibliográficos circunscritos a Javier Molina, escucharemos su toque cabal acompañando el cante de Manuel Torre en Soleares: Como la quería yo tanto (1930); Colección Carlos Martín Ballester.
En consonancia con su granada maestría en el dominio de la estética flamenca, las
inquietudes musicales de Javier Molina le llevarían a adquirir una considerable formación
en guitarra clásica, así desde el conocimiento de partituras de Sor, Aguado, Arcas o Tárrega, que supo transmitir a sus discípulos más aventajados. En este contexto plural, más allá del deslinde entre el canon flamenco y clásico, escucharemos, en
calidad de archivo fonográfico y bajo la rúbrica interpretativa de Paco Cruzado, Soleá de Arcas
(2015), comprendida en su álbum La nueva
escuela bolera.
El extenso recorrido de Javier Molina en el acompañamiento al cante tuvo como protagonistas a figuras de la talla de Tomás el Nitri, Juan Breva, Chato de Jerez, Manuel
Molina, Mezcle de Sanlúcar o Manuel Torre. Sin embargo, en una edad avanzada, según su opinión, el mejor cantaor resultaba ser Manuel Vallejo,
artista no mencionado, en cambio, en sus Memorias
autógrafas. Pues bien, teniendo en cuenta sus cualidades en este campo, escucharemos analíticamente el acompañamiento de Javier
Molina a Manuel Torre en Seguidilla gitana: Por los rincones, mare (1930).
En este microespacio temático, os propongo escuchar de manera analítica las variaciones por Alegrías de Manolo de Huelva, con quien
Javier Molina compartió rasgos estéticos de manifiesto sabor andaluz. Para
ello, el guitarrista onubense tomó como referente el acorde de Sol M, con
modulación a su correlato menor, para rematar, como coda por bulerías, en el
espacio tonal mayor. Se trata, en efecto, de una práctica estética llevada a
cabo por Javier Molina, con resonancias en discípulos suyos, y que habrá de culminar en el imaginario compositivo-interpretativo
tanto de Niño Ricardo como de Sabicas.
Durante el examen analítico de los
archivos fonográficos de Javier Molina acompañando a Manuel Torre, salta a la vista el palmario aire flamenco de su toque y la sugerente
calidad de sus falsetas. Escucharemos, teniendo en cuenta tales planteamientos estéticos, el son de Javier Molina en Seguidilla gitana: A clavito y canela (1930) junto a Manuel Torre, además de Danza mora de Manolo de Badajoz.
Desgranaremos, en este microespacio temático, los rasgos estéticos de la guitarra de Javier Molina conforme a los siguientes ejemplos
analíticos:
1. Introducción
ritual mediante rasgueos y compases por seguiriyas.
2. Motivos
de adornos in fieri, por lo general
en virtud del dedo pulgar.
3. Falseta por seguiriya, con posibilidad de exploración compositiva y creativa.
4.1 Discurso musical por seguiriya de Javier Molina, con puntos de encuentro respecto al pensamiento estético de Ramón Montoya.
4.2. Continuidad estética de dicho principio compositivo-interpretativo en Niño Ricardo y la escuela sevillana, con resonancias en Manuel Morao a la luz de aires arábigos.
3. Falseta por seguiriya, con posibilidad de exploración compositiva y creativa.
4.1 Discurso musical por seguiriya de Javier Molina, con puntos de encuentro respecto al pensamiento estético de Ramón Montoya.
4.2. Continuidad estética de dicho principio compositivo-interpretativo en Niño Ricardo y la escuela sevillana, con resonancias en Manuel Morao a la luz de aires arábigos.
5. Falseta de Javier Molina por seguiriya que denota movimiento cromático y ostinato desde el acorde axial y gravitatorio de Re m.

En este último microespacio temático, les
hago copartícipes de mi Evocación de
Javier Molina, composición para guitarra, con citas y guiños a la relación conceptual entre el maestro
jerezano y su pervivencia en Niño Ricardo y la escuela sevillana. Disfruten, en fin, de la profunda voz de Inés Bacán y la sutil percusión contemporánea de Antonio Moreno (audio en fase de publicación
discográfica).