30 de marzo de 2020

Javier Molina y la escuela jerezana (II), en Guitarra flamenca: diapasón y trastes (Flamencoradio. Canal Sur)

Comparto con vosotros el presente ciclo Guitarra flamenca: diapasón y trastes, en esta ocasión a propósito de la segunda entrega dedicada a Javier Molina, figura indiscutible en la consolidación de la estética guitarrística moderna y la escuela jerezana del toque. 






Os enlazo el podcast y la playlist: 





  En lo que hace a su contenido integral, se ofrece un análisis monográfico a la luz de los siguientes microespacios temáticos:
              



Grandes figuras de la guitarra




   Para conocer la vida, obra y pensamiento estético de Javier Molina resultan esenciales los Apuntes de la vida artística del guitarrista Javier Molina, con datación en Jerez el 18 de octubre de 1938, contando el guitarrista con setenta años y “ya fatigada y confusa memoria”.

   Con todo, en sus amenas páginas nos regala recuerdos impagables sobre Antonio Chacón, Manuel Torre, la Niña de los Peines y otras reconocidas figuras de la época.

   Audio: Manuel Torre y Javier Molina, Soleares: Hasta la fe del bautismo.


Apuntes históricos de la guitarra 




   Escucharemos analíticamente el toque de guitarristas allegados al universo estético y afectivo de Javier Molina:

   1. Manolo de Badajoz, tocando en el acorde de La M modal, con Isabelita de Jerez, por Soleares: Si tú te casa[s], me caso y, también por soleá, junto a La Niña de los Peines en Pasito que yo doy, en la misma posición guitarrística.

   2. Perico el del Lunar en Media granadina: Rosa, si no te cogí, junto a Antonio Chacón, cantaor con quien el tocaor jerezano formó una distinguida y valorada pareja artística.

   3. Currito el de la Jeroma, a quien escucharemos acompañando, en el acorde de La M modal, a La Niña de los Peines en Soleares (Fui piedra y perdí mi centro), con guiño literario-musical a La Serneta y aire guitarrístico a la manera jerezana de Molina.


La guitarra como compañera del cante y el baile


   El toque de acompañamiento al baile de Javier Molina echó pronto raíces en los principales cafés cantantes de la época, sobresaliendo sus actuaciones en escenarios como la Tienda de la Primera de Jerez o en San Fernando.

   En 1936 Javier Molina fundó, con María Pantoja, una Academia en Jerez en la que aprendieron a bailar Lola Flores, La Niña de los Caireles, Paquita Durán o la Gitana Blanca. Incluso desarrolló sus cualidades guitarrísticas con artistas de la copla de la altura de Estrellita Castro.

   En este marco contextual, escucharemos a Luisa Requejo, con la guitarra de Ramón Montoya, admirador de Molina, en Bulerías (creación), siguiendo más, en esta ocasión, el aire de La Niña de los Peines que el de Antonio Chacón.


Claves musicales de la guitarra


   Entre las claves cardinales que sustentan el pensamiento estético de Javier Molina se encuentran su sólida formación cultural, entre la tradición oral y la música fijada, la repentización, improvisación y lectura del pentagrama, incluyendo un granado repertorio de guitarra clásica, y su especial inclinación por conceptos compositivos como el movimiento cromático.

Audio: José Luis Balao, Judith Ruth (Danza Árabe).

Obras maestras / Piezas con historia 



   En su cabal acompañamiento a Manuel Torre por soleá, Javier Molina nos ofrece un paradigma y canon digno de imitación tanto por su habilidad a la hora de encauzar el fraseo microtonal y los emotivos tercios del cantaor en la cuadratura rítmica como en la ejecución de falsetas y otros recursos expresivos.



Mecanismos y técnica 



    En el paulatino proceso de transmisión del legado estético de Javier Molina a la escuela jerezana por mediación de sus discípulos más directos, ya con una factura actualizada y cercana a nuestro tiempo, cabe situar el enfoque en otros géneros más allá de la soleá y la seguiriya.

    No obstante, al margen de la influencia en mayor o menor medida de Molina sobre este particular, lo cierto es que, especialmente en la década de los setenta del siglo XX, la bulería y otras modalidades genéricas como los aires de villancicos acaban conformando señas de identidad esenciales en la estética jerezana.

Vamos a escuchar




   Los principales discípulos de Javier Molina del fuste estético de Manuel Morao, Parrilla de Jerez, Manuel Lozano El Carbonero o José Luis Balao han venido a manifestar que es precisamente su generación, con notoria expansión creativa en los años setenta, la que ha conseguido imprimir, de manera definitiva, la factura y diseño característicos del toque actual por bulerías.

   Se trata este de un valorado legado canónico continuado por otros artífices de excepción, sobre todo a partir de las décadas de los ochenta y noventa, como Moraíto chico, Niño Jero, Diego Carrasco o Gerardo Núñez, este último con una maestra y virtuosa trayectoria a efectos de guitarra de concierto.

   Es más, sigue vigente, con variaciones interpretativas y rúbrica autorial plural conforme a nuestro tiempo, en el soniquete y aire expresivo de la generación que conforma la edad de oro del toque jerezano de hoy; así Diego del Morao, Alfredo Lagos, Antonio Rey, Manuel Parrilla, José Quevedo Bolita, Javier Patino, Santiago Lara, Manuel Valencia o Paco León.

Audio: Manuel Morao, Cuarta parte (Repetición y final) del Concierto de Jerez.





La guitarra flamenca. Fusión y maridaje



      
A efectos de transmisión fidedigna de fuentes, hay que lamentar que, hasta el momento, no se hayan podido localizar archivos fonográficos circunscritos al toque de Javier Molina por bulerías, a buen seguro al golpe, como otros artífices de su generación y de otras posteriores.

     De hecho, tal hallazgo permitiría analizar, con conocimiento de causa, las divergencias y analogías, de un lado, entre la soleá, bulería por soleá y bulerías desde la estética jerezana, y de otro, entre el toque airoso y con sabor bajo la rúbrica autorial de Molina y el actual que hunde sus raíces, a efectos de mediación y legado, en la generación de discípulos suyos.

Audio: Moraíto, Buleriando (Bulería I).